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Los Viajes del Artista Excelente

Candelario se mudaba con su familia a través de los estados del bajío para asegurar las comisiones más altas en el arte comercial y religioso. Empezando en Zacatecas, la primera mudanza de la familia fue a San Luis Potosí en 1901. En la última parte del año entrante, la familia se trasladó a León, Guanajuato, la ciudad más grande de la región, la cual ya se había vuelto el centro económico, agrícola y comercial para los estados del bajío. Los seis murales dentro de la renovada Catedral Basílica consumieron la mayor parte del tiempo de Candelario entre 1903 y 1904. Él siguió ganando comisiones tanto comerciales como privadas a través de las mudanzas hacia el norte hasta que llegara a la ciudad de Aguascalientes en 1905. Allí completó doce murales dentro del Templo de San Antonio en 1907. Para el año 1908, la familia estuvo de regreso en León, en donde se quedó hasta 1913 antes de una breve estancia de un año o dos en Querétaro.

Candelario joven con pajarita y pelo ondulado

Entre 1915 y 1920, no estamos nada seguros del paradero de la familia Rivas. Sabemos que en su vejez, a Herlinda le encantaba hablar sobre Morelia, así que existe la posibilidad de que la familia se hubiera quedado allí durante algún tiempo. Historiadores artísticos nos han informado acerca de grandes murales religiosos completados en conventos ubicados en alguna parte del estado de Guanajuato. Y por lo que podemos averiguar de fotos y de comisiones conocidas, podemos llegar a la conclusión de que habitaban las ciudades de León y Zacatecas durante esos años turbulentos de la historia mexicana. En 1920, la familia se mudó a Salamanca, en donde Candelario y su hijo José entonces de veinte años de edad trabajaban continuamente para realizar los magníficos murales en la Catedral Señor del Hospital en Salamanca, así como los de la Iglesia de Santiago Apóstol en Valle de Santiago.

En septiembre de 1923, Candelario tenía 46 años. Herlinda tenía ocho meses de embarazo con su tercera hija. Esta familia católica estuvo bajo amenaza de muerte. Toda la familia se vio obligada a huir la turbulencia política en México. Deteniéndose brevemente en la ciudad de Zacatecas para asegurar que sus murales en el Santuario de Guadalupe no fueran confiscados por los federales, Candelario se subió al tren con su familia hasta El Paso, Texas, EE. UU. Desde esa ciudad, la familia Rivas tomó el nuevo Tren Eléctrico a Los Ángeles, donde el gran artista viviría el resto de su vida.

León

León reunión familiar

Por más de cien años, la ciudad de León, Guanajuato, ha permanecido uno de los centros industriales más importantes de México. Artículos finos de cuero y una base fuerte de fabricación de bienes le proveen a León un cimiento económico robusto, sosteniendo ricos diseños en arquitectura y arte. Candelario vivía allí con su familia desde 1902 hasta 1905, y otra vez desde 1908 hasta 1913. Por cierto, éstos eran años prósperos para la familia Rivas. La primera hija, Manuela, nació durante la primera estancia de la familia en León, y Salvador vino al mundo durante la segunda estancia. En 1902, Candelario ganó una comisión generosa para completar seis grandes murales en la Catedral Basílica de la ciudad. Situados a una altura de seis metros en los lados recargados de la iglesia, muestran una excepcional textura de sus colores reconocibles: rojo-anaranjado, verde claro y varios tonos de morado. Dirigido por el director de arte de la catedral, Luis G. Orozco, Candelario, de veinticuatro años de edad, pintó con una riqueza de cuentos ilustrados, los cuales siguen fascinando a los visitantes hasta la fecha. Apuntes que pertenecen a la familia de hoy indican que la Iglesia Católica estuvo muy complacida con las interpretaciones de Candelario de eventos históricos religiosos, y que la Iglesia le ayudó con entrenamiento durante los primeros años, y con comisiones importantes durante los años subsecuentes. Hasta la fecha existe una acuarela pequeña, pintada por Candelario Rivas, de La Virgen de Guadalupe. El obispo de León le encargó a Candelario que replicara la muy respetada imagen religiosa para que se le presentara, de parte de la diócesis, a Su Santidad, el Papa León XIII.

Herlinda y Candelario plantean con los mejores francés Mobiliario

También, Candelario hizo muchos retratos durante sus últimos años en León. Además de los murales gigantescos de la Catedral Basílica, Candelario se esforzó en una comisión muy grande para la iglesia de La Tercera Orden de San Francisco apenas a dos cuadras de distancia, en la esquina noroeste de la plaza central de la ciudad. Pero cuando los Franciscanos desocuparon esta iglesia, justamente antes de 1950, quitaron todas las obras de arte de Candelario. La familia Rivas todavía no ha encontrado estas obras.

Medallón de Oro Para el trigésimo segundo cumpleaños de Herlinda, Candelario le regaló un medallón de oro del Sagrado Corazón. En el dorso se ven inscritas las iniciales de Herlinda, “HR”. Y en el centro está inscrito “León 9-22, 1912”.

Durante los primeros días como artista en León y Aguascalientes, Candelario mantuvo su reputación como fotógrafo de primera categoría, tanto como de un maestro de revelar e imprimir fotos. Con cámaras que compró en La Ciudad de México, completó sus ingresos con la producción de retratos fotográficos. Se muestran fotografías que tomó de tres de sus hijos.

Manuela jóvenes en la primera comunión
Foto de Salvador
Foto de José